Línea 1. Fábrica conectada

La primera línea de investigación, denominada fábrica conectada, se centra en desarrollar la tecnología y procedimientos que permitan conocer en tiempo real el estado de la instalación, actuar sobre ella, y obtener información que apoye a la toma de decisiones. Está enfocada al desarrollo de sistemas que relacionen el medio físico con el virtual y el estudio de las contingencias que se producen en los cambios de instrumentación y en el control analógico-digital. La fábrica conectada se considera un paso imprescindible al permitir interconectar en la fábrica del futuro la producción con las órdenes de fabricación, y estas con los clientes.

Se investiga el uso de instrumentación que permita realizar instalaciones mínimamente invasivas y de alta versatilidad. A mayores, se trabaja en el estudio de métodos de sensorización, puesto que las producciones alimentarias presentan cualidades especiales como aspectos olfativos y/o gustativos, que permitirían obtener todo el rango sensorial de un ser humano en las líneas de producción. Esto garantiza la máxima calidad y adecuación según la receta de producción. La recopilación de información aporta grandes volúmenes de datos a tratar y analizar, por lo que se investigará la forma de discretizar los valores útiles y su tratamiento.

Se pretende desarrollar un sistema de monitorización y control de una línea productiva, que nos aporte información en tiempo real del estado de nuestros procesos actuales, reportándonos datos de procesos: tiempos, unidades productivas, paradas, rentabilidad de personal, etc. Esta herramienta nos permitirá conocer el estado de las líneas productivas en todo momento, lo que permitirá optimizarlas. Se diseñará una arquitectura de monitorización y control fácilmente extrapolable entre los diferentes procesos productivos del sector.

A pesar de que el campo de los biosensores ha avanzado, en la aproximación cuantitativa de la estimación de la calidad, para evaluar diferentes aspectos como su frescura, detección de adulterantes, detección de malos olores o sabores o detección de bacterias, esta tecnología no está suficientemente madura, por lo que se pretende evaluar las soluciones de mercado y su adaptación a diferentes procesos alimentarios. El enfoque se centrará en estudiar posibilidades de dichos biosensores y evaluar su capacidad de ser incorporados en la fábrica del futuro alimentaria en campos innovadores.